"La Peque", sicaria que le gustaba tener relaciones con decapitados en Mexico
Con una carrera de que inició desde muy joven, Juana, conocida como "La Peque sicaria", era la mujer encargada de las decapitaciones y mutilaciones al interior de una célula de Los Zetas, pero cobró fama luego de que confesara que también tuvo relaciones sexuales con algunos cadáveres decapitados.
Según un reportaje publicado por diario estadunidense DailyMail, "La Peque" es una criminal originaria del estado de Hidalgo. Pasó de ser una sexoservidora a "halcón" de grupos criminales y posteriormente a sicaria de Los Zetas.
La mujer confesó que a los 15 años de edad quedó embarazada y para poder mantener a su hijo tuvo que prostituirse. Posteriormente, luego de que su hermano fuera asesinado por integrantes de Los Zetas, se unió al cártel.
"Me enteré que a la esposa y al policía asesino de mi hermano los habían descuartizado y quemado. Una tarde que nos reunimos me pregunta el comandante: —¿Sabes dónde está tu hermano?, ¿está completo?, ¿lo torturaron? ?contesté que sí a las dos primeras y que no a la última pregunta?. Qué bueno, quédate con ese consuelo. Tú y tu mamá saben a dónde irle a llorar, a dónde llevarle una flor; aparte saben que no lo torturaron. En cambio la familia de ese fulano y fulana andan huyendo, y no saben dónde quedaron tirados los restos.— ¡Qué a toda madre, pinche consuelo!, pensé, pero no dije nada...", afirmó en su declaración.
Los inicios
Ya en el Cártel "la peque sicaria" era la encargada de las decapitaciones y mutilaciones corporales, llegando a ser mano derecha de algunos de los integrantes más temidos de la célula criminal
Durante la confesión, Juana, de 28 años de edad, dijo que al principio su trabajo consistía en vigilar las carreteras durante alrededor de ocho horas diarias, en las cuales tenía que reportar si pasaban patrullas. Además si hacia mal su trabajo, la amarraban y sólo le daban de comer un taco al día.
"La Peque Sicaria" dio testimonio de varias ejecuciones que presenció, como cuando "le rompieron la cabeza a un hombre con un mazo", lo que la hizo temer por su vida al imaginar que ella pudiera terminar de la misma manera, sin embargo con el paso del tiempo se familiarizó con la violencia a tal grado de sentir excitación y afición con la sangre.
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